Puedes ser productor ejecutivo por 10.000$

Me ha llegado vía Twitter una propuesta interesantísima. La periodista Carmen Valdivieso y el director Michele Cinque quieren realizar un documental sobre la misteriosa matanza de 8 periodistas en los Andes del Perú en 1983. Pero hartos de llamar a las puertas de productores que buscan el beneficio inmediato, han decidido financiar su proyecto en Kickstarter: un lugar donde el que paga las ideas es el internauta con la cantidad que quiera.

Hasta el momento la propuesta llamada Uchuraccay ha recaudado 1.483 dólares de los 40.000 necesarios con el apoyo de 26 personas. De esta manera, el internauta se siente involucrado en un proyecto que cree que debe salir adelante. Pero además puede llegar a firmar la obra audiovisual como productor ejecutivo si paga 1.000 dólares. Cuanto más pague, más involucrado estará en el proyecto, hasta el punto de poder acudir a las grabaciones en Perú si abona más de 10.000 dólares.

Es decir, el espectador ya no solo elige lo que ve sino que elige lo que se produce. ¿No es fascinante esto de Internet? Esta nueva forma de producción de contenidos informativos en Internet tiene otra cara positiva: la financiación de proyectos independientes y ajenos a las influencias del poder que también está presente en las grandes compañías.

Internet demuestra ser la clave de la democracia global con este tipo de propuestas -paradójicamente locales- que aseguran la libertad audiovisual; y que dan salida a documentales que no verían la luz de otra manera. Acabo de ver el teaser y ya estoy deseando saber qué pasó con esos 8 compañeros asesinados cruelmente. Ojalá recauden el dinero necesario.

La estrategia del micromecenazgo ya ha funcionado en España con el estreno de la película «El Cosmonauta» que recibió el apoyo de 5.000 pequeños patrocinadores. En este sentido, Internet no solo ha revolucionado cómo consumimos los productos audiovisuales sino que empieza a dar poder a una masa anónima que decide qué se produce por encima de los poderes preestablecidos. ¡Maravilloso!

No me caso con nadie. 

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