¿Por qué los artistas odian Spotify?

La respuesta es clara. Spotify no le gusta a los artistas porque solo cobran 0,006 euros por reproducción. O lo que es lo mismo 60.000 euros por 10 millones de reproducciones. Les parece poco, muy poco. Culpan a Spotify de firmar contratos abusivos con las discográficas; he aquí algunas de sus perlas:

RUBÉN POZO, EX DE PEREZA: «Spotify lleva demasiados años escudándose en que el proyecto está empezando».

SANTI BALMES, LOVE OF LESBIAN: «Cuando ves que por dos millones de escuchas te pagan 400 euros, el mosqueo es considerable».

ÁLEX UBAGO, CANTANTE: «Hay tantos ceros detrás de la coma, que las bases de cálculo no reconocen las cifras y van al limbo».
 Discografía de Álex Ubago en Spotify
Pero, ¿por qué no se quejaban cuando las discográficas robaban a mano armada cobrando 20 euros por 14 canciones en un soporte desfasado como era el CD? La crisis ha llegado para todos. El negocio de los cantantes se ha diversificado. Ya no se vive de vender discos. Lo complicado es llegar a la fama para después llenar estadios y cobrar hasta 100 euros por cabeza y concierto. Y Spotify ayuda a difundir la obra del artista.

Eso al margen del negocio de la publicidad. Por ejemplo, Beyonce ha aprendido de esto. Acaba de firmar un contrato publicitario con Pepsi por 50 millones de dólares. Y no creo que le preocupen las cifras de Spotify. Calderilla al lado del dineral que mueve en sus conciertos, merchandising o DVD’s de coleccionista.

Grupos como Metallica se negaron a entrar en la red social de música. Pero ya han rectificado. Si no estás en un sistema de música legal «obligas» al usuario a descargar de manera ilegal. Más si cabe cuando hay servicios como Google Play que te permiten subir a la nube tu música pirata. Es importante estar entre los más escuchados. Además Spotify acaba de implementar la posibilidad de «seguir» a tus artistas preferidos para trasladar el fenómeno fan a su red. En este sentido, acaban de pillar a las discográficas manipulando los datos de visitas de sus videoclips en Youtube para que parezca que sus artistas están de moda.

Spotify aún no es rentable. Puede que nunca lo sea. Tampoco dan dinero Youtube, Facebook o Twitter. ¡Y qué! Estas navidades le regalaremos a mi padre otra vez Spotify Premium 12 meses. Lo disfruta desde hace un año y es feliz. No tiene que preocuparse de buscar torrents y puede reproducir su música preferida en su Ipad, Ipod, etc. Ha matado al soporte físico sin darse cuenta. Por cierto, interesante estrategia la de Spotify y El Corte Inglés: ofrecen su tarifa Premium con descuentos si lo compras físicamente en sus tiendas de música (hasta un 15% si compras la oferta de 12 meses).

Pues eso, que es difícil ser artista. También lo es ser periodista o carpintero o abogado. Los tiempos cambian. Y si algo no te gusta, propón una alternativa. Pero quejarse de brazos cruzados o tocando la guitarra no sirve de nada. Por ahora, Spotify o Pandora son la mejor fórmula para escuchar música legal con o sin anuncios. De hecho, en EE.UU. estaba de moda el pasado verano. Resultaba extraño oír a estadounidenses invitándote a descargar Spotify como si hubiesen descubierto la pólvora. Un claro ejemplo de que la red social de música está creciendo aún. Hay que darle tiempo.

No me caso con nadie. 

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